La selección nacional no tuvo un buen debut en la Copa América. El equipo que dirige Sergio Batista quedó en deuda con los hinchas que se acercaron al estadio Único de La Plata y con todos los argentinos. Se esperaba mucho más de este conjunto minado de estrellas, pero otra vez volvió a decepcionar. Argentina no pudo encontrar el juego asociado que busca el “Checho”, el manejo de la pelota contra el piso y respetar el buen fútbol. Desde el discurso, es interesante lo que propone el técnico, pero nada de esto se vio en el campo de juego. La selección boliviana se paro muy bien y planteó el juego que más le convenía, el de ir a cortar el circuito del medio argentino, hacerle marca personal a Messi y jugar de contra. A los 2 minutos del segundo tiempo, llegó el “baldazo de agua fría”, con un gol en contra de Ever Banega, luego de querer pisarla al borde de la línea del arco, Bolivia se ponía 1 a 0. Ahí Argentina empezó atacar como podía, con más ganas que fútbol. A los 30 minutos Sergio Agüero, con un derechazo letal, anotó el 1 a 1. El Kun fue fundamental en la remontada de la selección nacional, había entrado a los 25 del complemento y a los 5 minutos ya convirtió el empate. Entro en lugar de Ezequiel Lavezzi, quien no tuvo una buena noche y no logró adaptarse al equipo. Tampoco hay que caerle con todo al Pocho, por que salvo Messi, ninguno de sus compañeros estuvieron a la altura de este compromiso. Seguramente, muchos medios e hinchas “resultadistas” van a querer culpar a Lio de no haber jugado como en el Barcelona ni de haber hecho goles. El que sabe y ama el fútbol, tiene que darse cuenta que Batista debe rodear a Messi de gente con buen pie, como hace Pep Guardiola en el Barsa. Es inexplicable que un jugador de las características de Javier Pastore no sea parte del conjunto titular. Además, cada vez que jugaron juntos, se entendieron muy bien.
Argentina no pudo con Bolivia en esta primera fecha de la Copa, deberá mejorar mucho y tratar de vencer el Miércoles a Colombia para seguir con las chances intactas.
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